El mundo criollo peruano imitó lo europeo y rechazó lo indígena. No le importó reproducir la jerarquización colonial. El horizonte, la redención, era un país “blanqueado”, en ruptura con su raíz histórica más profunda. Pero hace ya muchos años, con el auge de la cultura de la migración, se hizo evidente la insospechada vitalidad de la cultura andina. Entonces, el proyecto criollo deja de ser persuasivo. Y en este nuevo mundo se desarrolla, en diferentes niveles, una gran efervescencia cultural que no logra, sin embargo, converger -aún- en la producción de imágenes integradoras. La crisis del proyecto criollo, cada vez menos representativo, y la multiplicación de propuesta de nación que nace de la tradición andina: estas son las coordenadas en que se sitúa el presente libro.