Este volumen se aproxima por vez primera a la figura descollante de Javier Prado (1872-1921), catedrático y luego rector de San Marcos, así como hombre de gobierno (canciller con Pardo, premier con Leguía), artífice de la delimitación de fronteras, primero en la defensa del patrimonio cultural, académico de la lengua e impulsor de reformas en la Constitución de 1920, entre ellas nada menos que el reconocimiento de la propiedad de las comunidades campesinas. Muy popular entre estudiantes y obreros. Prado supo entretejer lazos con personajes emblemáticos como González Prada y Ricardo Palma, y a partir de esos consensos, ser baluarte del movimiento en defensa de elecciones libres.