La Recoleta empezó a ser construida en 1884 por la Congregación de los Sagrados Corazones, año en que terminaba la Guerra del Pacífico y cuando Lima tenía un poco más de cien mil habitantes. Se levantó sobre las bases de la destruida Iglesia de la Venturosa Santa María Magdalena la Penitente, en el Convento de la Recoleta dominica. Fredy Caballero relata las vicisitudes por las que atravesó la edificación. Un factor determinante del éxito de la obra fue el hecho de que los padres franceses de los Sagrados Corazones habían decidido abrir un colegio para familias pudientes en el mismo lugar. (…) Uno de los méritos de la investigación es haber rastreado antecedentes de la Iglesia de los Sagrados Corazones Recoleta en las iglesias de la misma congregación en Valparaíso y Santiago. En efecto, Fredy señala que la arquitectura neomedieval llegó -en este caso- desde Chile, siendo la iglesia de Santiago el antecedente más directo de la de Lima.
Finalmente, cuando veamos una arquitectura como símil de la identidad, la de la Iglesia de los Sagrados Corazones Recoleta nos desafiará a descubrir un marco comprensivo en su trasfondo, que no solo habla de ella, sino de todos nosotros como país, como sociedad, como individuos. Esa arquitectura que soñaba o sueña ser el reflejo de los seres humanos que queremos ser.
