Este tomo del epistolario contiene corresponsales políticos como Guillermo Salinas Cossío y Leonidas Samanez, y figuras intelectuales como Claudio Sánchez Albornoz. Destaca también la correspondencia con Luis Alberto Sánchez, intelectual y político peruano perteneciente al Partido Aprista Peruano, con el cual Riva Agüero sostuvo una amistad en los años veinte que se vio resquebrajada por la pasión política e ideológica de los años treinta.