En educación hay temas problemáticos que se discuten frecuentemente: la formación inicial y continua de los docentes, que probablemente es el mayor problema que tiene el sector educación, la falta de preparación de los docentes EIB (algunas cifras hablan de un 94% de docentes que trabajan en comunidades indígenas sin tener formación en educación intercultural bilingüe), o sus bajos sueldos (hasta 40 % menos que otros profesionales, según los especialistas), por mencionar tres de los más importantes. Hacer atractiva la profesión docente, consolidar la carrera pública magisterial y formar de mejor manera a los maestros para que se desarrollen como profesionales competentes que puedan responder a las demandas de la delicada labor que realizan, son algunos de los retos a los que se deberá enfrentar cualquier gobierno.
Es frecuente que las propuestas educativas se analicen única o principalmente desde un punto de vista económico y utilitario, enfocado en entrenar técnicamente a las personas para que se inserten en el mercado laboral y contribuyan a su crecimiento de modo eficaz. Pero esta es una mirada muy limitada, que deja de lado una de las tareas más importantes de la educación formal: preparar a los niños en las responsabilidades que más adelante tendrán como ciudadanos plenos. Esto significa prepararlos para vivir junto con personas que tienen valoraciones, capacidades y motivos diferentes pero los mismos derechos y la misma dignidad. Pienso que cualquier nuevo gobierno debería intentar mirar la educación desde esta perspectiva.
Extracto del artículo original de la Revista Ideele.
Para leer el artículo completo haga clic aquí.