Aquella tarde del 25 de noviembre de 1978, el Inca Garcilaso de la Vega Chimpu Ocllo volvió a pisar su tierra natal: el Cusco. Regresó al «Ombligo del mundo» convertido en cenizas después de 418 años de haber partido a la «Madre Patria (España)», cuando apenas tenía 21 años de edad.
El rey Juan Carlos I de España entregó al presidente peruano Francisco Morales Bermúdez una arqueta conteniendo una parte de sus cenizas que ahora reposan en la cripta del templo El Triunfo, al costado de la Basílica Catedral, en la Plaza Mayor de la capital del Tahuantinsuyo.
El arca que contiene las cenizas de Garcilaso saldrán este sábado 23 de abril con motivo del 400 aniversario de su deceso, en una especie de procesión por el centro de Cusco hasta el Museo Garcilaso.
El último reposo del Inca Garcilaso es parte del Circuito Religioso Arzobispal que es visitado por decenas de turistas.
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